VII Congreso Panamericano de Gastroenterología

En 1960, se realiza en Chile el “VII Congreso Panamericano de Gastroenterología” que constituyó un hito para la Gastroen­terología nacional, con excelentes invitados internacionales y la participación de cientos de colegas latinoamericanos. La organización del Congreso estuvo a cargo del Dr. Héctor Ducci Claro (Fotografía 9) quien lamentablemente fallece antes del evento. El Congreso fue presidido por el Dr. Hernán Alessandri Rodríguez y la secretaría general estuvo a cargo del Dr. Ricar­do Katz Ugarte.

 

En las siguientes décadas van apareciendo gastroenterólo­gos, cirujanos y patólogos que fueron consolidando la especia­lidad en Chile; muchos con salidas prolongadas de formación de post-grado en el extranjero (especialmente a EE.UU. y Eu­ropa) y que generosamente formaron generaciones de médicos a su vuelta a Chile. Entre ellos destacan en distintos puntos de Chile los Drs. Ricardo Katz, Jaime Klinger, Marta Velasco, Emilio Amenábar, José Manuel Orellana, Óscar Fernández, Héctor Orrego Matte, Renato Palma, Enrique Montero, Enrique Barahona, Roberto Barahona Silva, Guillermo Ugarte, Hernán Iturriaga, Jorge Valenzuela, Manuel Dávila, Esteban Parrochia, Vicente del Solar, Rodolfo Armas Merino, Héctor Ducci, Julio Cabello, Aldo Luchini, Fructuoso Biel, Manuel Cabrera, Ruben Saldías, Carlos Quintana, Fernando Rufín, Vicente Valdivieso, Ramón Soto, Jorge Gumucio, Gabriel Lobo-Parga, José Pablo Domínguez, Lorenzo Cubillos, Santiago Jarpa, Juan Ignacio Monge, Jorge Tocornal, Humberto Reyes, Pedro Llorens, Pedro Hoffenberg, Patricio Cerón, Álvaro Zuñiga, Osvaldo Llanos, Iván Marinovic, Juan Carlos Glasinovic, Eduardo Ríos, Flavio Nervi, Luigi Accatino, Carmen Covarrubias, Humberto Ibarra, Atila Csendes, entre muchos otros. Pedimos disculpas si hemos omitido tantos otros nombres relevantes para nuestra SCHG y de otros más jóvenes que han contribuido generosamente a ella.

 

A fines de la década de 1960 y principio de los 70, ya son más de 100 los miembros de la SCHGE, y que en ese tiempo ya había creado relaciones con instituciones internacionales. Según consta en Actas de la época, se pagaba a la OMGE un dólar por socio y ya se realizaban múltiples cursos y reuniones con otras sociedades científicas.